sábado, 6 de diciembre de 2014

Benedict Anderson y sus naciones "imaginadas"








Benedict Anderson y sus naciones "imaginadas"


Xavi Vilareyo


Benedict Anderson es un estudioso-crítico del fenómeno del nacionalismo, su origen y difusión. Nació en 1936 en China de padre irlandés y madre inglesa, se crió en California y estudió en Cambridge, por ello él mismo tiene dudas sobre su propia identidad nacional. Su situación es muy similar a la de muchos ingleses que viven en países anglófonos como Estados Unidos o a la de tantos emigrantes españoles en países hispanoamericanos, que con los años no sabrían muy bien identificarse con uno u otro país, sino más bien con una mezcla de ambos. Su libro Comunidades imaginadas (1983) es de los más estudiados sobe el tema en muchas universidades. Afirma que ni el marxismo ni el capitalismo analizaron ni entendieron correctamente el fenómeno del nacionalismo.

   Anderson afirma que actualmente vivimos uno de los auges del nacionalismo a todos los niveles, no sólo en las naciones pequeñas o que se reivindican como tales sino también en los grandes estados-nación y en las llamadas comunidades transnacionales como los judíos, tamiles o sijs.

   Anderson se apunta a las tesis modernistas que afirman que los nacionalismos surgen a fines del siglo XVIII impulsados por la prensa escrita y por la literatura y que en realidad el nacionalismo como instrumento de construcción nacional nació en América con la independencia de las colonias del norte y de los estados criollos latinoamericanos del sur.

Anderson define nación como una comunidad política imaginada como inherentemente limitada por unas fronteras y soberana. Imaginada en el sentido de creada o construida socialmente. La nación se concibe siempre como un compañerismo profundo, horizontal.

   Anderson analiza el nacionalismo desde la visión del materialismo histórico que puede ser contrastada con la visión weberiana de Liah Greenfeld en Nacionalismo: cinco rutas a la modernidad. Anthony Smith también criticó las tesis creacionistas y modernistas de Anderson afirmando que muchas naciones poseen elementos premodernos, es decir, elementos étnicos o culturales anteriores al proceso de modernización o nacionalización (etnosimbolismo).

   Benedict Anderson se vanagloria de ser uno de los pocos investigadores del nacionalismo que no lo ve como una cosa "fea". Acusa a Gellner y a Hobsbawm de ser analistas hostiles al nacionalismo y por ello imparciales. Anderson por el contrario piensa que el nacionalismo puede ser una ideología atractiva. Valora el elemento utópico del nacionalismo. El nacionalismo también obliga a un buen comportamiento y contribuye a una mejor sociedad, hace que la gente se comporte mejor porque son miembros de una misma sociedad común. Pero por otro lado Anderson se pregunta qué significa pertenecer a una nación incluso si seguimos necesitando identificarnos con un estado nacional. Habla sobre nuevas formas de nacionalismo gracias a Internet y los vuelos baratos, en procesos transnacionales o de nueva inmigración. Se queja con impotencia de que el "cosmopolitismo" (ciudadano del mundo) en realidad no existe, todos pertenecen más o menos a alguna nación.

   Anderson critica por ejemplo el nacionalismo de los inmigrantes que no se integran en el país de acogida. Critica duramente por ejemplo a los noruegos que pasan los inviernos en España montando escuelas noruegas para sus hijos en lugar de llevarlos a escuelas españolas. Ello lo achaca a un exceso de nacionalismo (noruego). También ve exceso de nacionalismo en los sijs, judíos o tamiles repartidos por todo el mundo que se empeñan en mantener a toda costa sus identidades.


¿Está realmente viendo Benedict Anderson la situación del mundo con una lente deformada? ¿Es cierto como él afirma que ya no somos tan cosmopolitas como lo éramos antes? ¿A quién o a quiénes se está refiriendo con esta afirmación? Las preocupaciones antropológicas de Anderson son qué se siente teniendo dos pasaportes y los fenómenos nuevos de la doble nacionalidad. Anderson se siente siempre entre dos o tres aguas. Con un padre irlandés y una madre inglesa siempre será difícil la elección. Como la duda existencial de si poner una sola vela a Jesucristo o a María santísima...






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